lunes, 19 de mayo de 2014

Amanece, una esperanza.

Con el amor de una madre, la vida te hace una promesa al alba que nunca cumple y solo pasado el tiempo descubrimos que ya no existen pozos, solo espejismos donde llegamos para acallar nuestra sed del deseado amor materno..., ¡uno siempre vuelve para aullar como un perro abandonado sobre la tumba de su madre!..   y solamente existen grandes recuerdos, grandes burbujas de nuestro pasado que estallan en nuestras ávidas manos, vacías en la espera y en su imaginado contenido, ¡nada!, del ayer no queda nada, incluso el hoy solo es fruto del ahora, de la inmediatez del momento, vivimos los recuerdos que vuelan y nosotros con ellos tratando de vivir el reflejo del ayer..., en cada amanecer sonrío ante tu promesa de un poco más de vida, déjame caminar hasta la próxima encrucijada, déjame creer  en una ilusión, déjame poder mirar atrás y saber que los pequeños pasos me alcanzarán, mis pasos son cortos, no busco horizontes ni destinos lejanos..., déjame que sienta sus pequeñas manos en las mías, ¡déjame hoy!, no quiero ser un recuerdo diluido en el tiempo ni sentir el amargo sabor de una promesa rota. 

1 comentario:

AIRE dijo...

Sólo mientras recordemos a nuestros seres desaparecidos, existirán. Sin que eso obstaculice seguir caminando con una sonrisa.