viernes, 10 de enero de 2014

En la niebla.

Tras la ventana asoma el blanco y ligero resplandor, la magia de la intensa niebla invita a viajar sin un rumbo concreto, solo la grata sensación de aislamiento acaso invadida por fugaces luces que me rebasan mientras las notas de una balada me hacen soñar en otro lugar, en otro tiempo... suenan sus notas..., la plácida sensación de ausencia me lleva a lugares no previstos, la radio canta la hora cual cruel despertador y sé que tengo que volver, el desconocido giro me encamina en un retorno que acaso no deseo, la niebla me envuelve como una caricia que relaja mi mente tanto que no pienso en un regreso, solo, solo yo en mi voluntario abandono..., el gran cartel me sorprende cual gigante salido de la nada, es el final de mi dulce ausencia y vuelvo a lo conocido con una sonrisa, en la puerta de mi casa reconozco a la pequeña bola peluda que espera pacientemente mi regreso, solo espera una caricia...

1 comentario:

AIRE dijo...

Poner distancia nos renueva. La visión de otros horizontes nos hace desear lo cotidiano, al volver.
Al fin, se trata de eso, marchar para regresar.
Porque mientras alguien piense en nosotros, existimos.