miércoles, 4 de mayo de 2011

Búsqueda.

¡Busco a Dios!..., mi sincera respuesta hizo sonreír al anciano franciscano que en su amable actitud se había interesado por mi solitaria presencia en el templo..., ¿Solo buscas a Dios?, recuerda hermano la vieja narración del rico mercader que quiso saber que había comprado el mendigo con las dos monedas que le había dado: Con una, respondió el mendigo, he comprado pan para tener de que vivir, con la otra he comprado una rosa para tener por qué vivir. Dicho esto me señalo el pecho diciéndome que lo buscase dentro de mí..., la vida es mucho más que no estar muerto, es amar, es nacer cada día y sonreír a quién amamos, es descubrir lo realmente importante entre tanta banalidad que nos ahoga, es saber ver el inmenso y expléndido rosal que se nos ofrece entre tantas espinas...
No recuerdo el tiempo transcurrido, solo recuerdo una anciana mano que oprimió mi hombro y un suave adiós...

No hay comentarios: