viernes, 17 de julio de 2020

Jóvenes y menos jóvenes...

Cuando el brío de la juventud se apaga llega la capacidad de contemplar todas aquellas cosas que siempre estuvieron junto a nosotros y sin embargo las ignorábamos como aspectos que no iban con nuestra manera de vivir la vida, éramos tan jóvenes y tan poderosos en tomar la vida que casi resultaba absurdo pensar en todo aquello que salia a nuestro paso ofreciéndonos una futura vida llena de verdades incuestionables, la amistad, el amor tan distinto al de nuestra juventud, una simple sonrisa, una caricia, todo cambia hasta el momento en que realmente nos reconocemos desnudos en nuestra intima conciencia sin nada que nos proteja, entiendo que todo ello nos hace más fuertes, más auténticos, nos aceptamos tal y como somos, encontrando más  de una respuesta a todo aquello que nos producía alguna contrariedad frente a nuestros deseos y seguimos amando la vida que nos ofrece día a día la alegría de sentirnos vivos, amar y ser amados.

Y así pienso

en los rostros de las mujeres
con fervor que aproximo al
resplandor de la blancura,
en la vehemencia que elijo para escribir sin pausa,
para que todo sea rostro y palabra inspirada
para adentro de los rostros,
en su belleza intacta de milagrosa arcilla,
en sus visibles almas de misterio entreabierto,
en las silenciosa llamas que avivan el espíritu.       Miguel Anxo Fernan-Avello
                                                                                "La raíz poseída" 
                                                             

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