jueves, 7 de junio de 2018

Vómito emocional...

Tantas cosas surgen en mi cotidiana vida, tantas que me pregunto quién dirige mis pasos, quién me ayuda en cada pesar, quién me pide que siga, quién me pide que sea feliz..., y sigo mi camino dando todo el cariño que puedo ofrecer y sé que recibo mucho más. Ni sé el motivo de estas lineas, solo he sentido la necesidad de hacer de esta página mi interlocutor donde vaciar o acaso liberarme de unas lágrimas surgidas frente a una ventana abierta en la que la suave brisa penetra como una dulce caricia..., todo está lleno de lo que más quise y que nunca olvidaré, recuerdo tantos gestos, sonidos, perfume, armarios aún llenos como si aún esperasen su vuelta..., suena la voz de J. Cafrune desgranando aquella estrofa que decía: 
             El tiempo, que va pasando
             como la vida no vuelve más.
             El tiempo, nos va matando
             y tu cariño será, será.
             El tiempo, me va matando
             y tu cariño, será, será...

Sé que seguiré disfrutando de la vida, solo que en ocasiones surgen estas descargas emocionales que como válvulas de escape me hacen mirar muy dentro de mi, cada uno tenemos nuestros profundos recuerdos que sin duda son la base de lo que somos, acaso sucesos recientes en mi entorno afectivo también provocan sentimientos de pesar.
Hace un hermoso día digno de disfrutarlo, de sonreír y de ser feliz... llega el pequeño de la familia que junto a su alegría me traerá una piedra, ¡señor, señor!, no se puede pedir más.

1 comentario:

Aire dijo...

Puede que nuestra felicidad tenga sus bases en minúsculas islas.
Que nuestros pasos nos precedan.
Que vivir no lleve implícito el olvido, aunque si necesite de ilusiones.
¡Ah! el mundo maravilloso de las piedras del peque de la familia... una ilusión más.
El arte, en cualquiera de sus manifestaciones, resulta, sin duda, liberador.
Un abrazo.