miércoles, 23 de septiembre de 2015

¡Hola otoño!.

Soy casi feliz y siento cierta inseguridad al hacerme esta afirmación, quizás solo sea por estar inmerso en una situación de actividad por encima de lo habitual y más tras el paréntesis del verano, se que la pequeña inseguridad es fruto de asumir algo mas que la rutina diaria, ello solo proporciona sopor, aburrimiento, dejadez. Soy casi feliz y espero el mañana con el sabor del pequeño reto por realizar, acaso no me importa el resultado sino el trabajo y el tiempo dedicado a su realización que realmente es lo que produce la sensación de satisfacción individual, ¿egoísmo?, hasta para el amor es preciso ser egoísta ya que solo desde la libertad personal se puede amar con plenitud. Soy casi feliz y mi larga vida me enseño el que serlo suele ser la antesala del pesar y sin ánimo de parecer pesimista tengo presente la eventualidad de mis actos, de mi vida, solo es un paréntesis  entre un origen casual y un destino cierto y desconocido. Siento alegría por vivir, por amar y los motivos existen sobradamente, quizás deseo recorrer distintos caminos en un intento de saborear lo próximo sabiendo la cercanía de todo cuanto realmente me hace feliz..., casi feliz, llega el hermoso otoño, sinfonía de ocres, baile de hojas que en su lento caer nos dicen un suave adiós acunadas por el aún comedido cierzo...

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