martes, 3 de marzo de 2015

(Nosotros).

Nos creíamos semidioses, almas fuertes, piedras sin dueño,
más he aquí que ahora salimos a campo abierto;
más he aquí que ahora, de pronto abandonamos esos pueblos
donde nacimos, las ciudades silenciosas que nos parieron,
sus calles largas, donde fuimos acometidos por el viento.
Nos creíamos semidioses de los que danzan junto al fuego,
criaturas de la alegría, bebedores del vino nuevo del instante.
Nos figurábamos carne de estrella, duros pechos del bronce
duro de los héroes, piedras sin dueño.
Llega el pasado a nuestro lado.
Ladra furioso, como un perro.
¿A que salir al horizonte si no podemos despojarnos de nuestra
historia como de un traje roto y viejo?.
Nos creíamos semidioses (todo era hermoso, como un sueño),
criaturas de la alegría, su centro estaba en nuestro centro.
Mas nos abruman las montañas, nos curvamos bajo su peso
sin gracia lírica de juncos, altos y secos...
... Y retornamos a las calles, a nuestros cielos empañados,
a los jardines polvorientos, a continuar para siempre,
desterrados de nuestro reino...   (José Hierro)

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