viernes, 8 de agosto de 2014

El niño de la jaula vacía.

Con tus manos hiciste libres - con tus propias manos - las aves.
Hijo, que sueñas, sombra, símbolo / del hombre que rompe sus cadenas,
del que libera pensamientos, / palabras que se lleva el aire;
del que dio canto y dio consuelo / y no halló quién le consolase.

Solitario, mudo, ceñidas las / las sienes de hojas otoñales.
En la boca reseca el gusto / de la sal de todos los mares.

La sal que dejaron las olas / de los días al derrumbarse.
(J.Hierro).

Sé cuando me hallo en una encrucijada, no por ello dejo de sorprenderme a pesar de que la vida con el paso de los años nos curte, cuartea nuestras convicciones hasta el punto de parar y mirar a los lados..., no son miedos ni tristezas fruto de de experiencias pasadas, solo es un íntimo malestar ante el sentimiento de engaño, ganas de gritar ¡a la mierda!, a todos cuantos nos hicieron creer en la utopía de paz y amor..., querría poder caminar allá donde no existiese la mentira, no sabría hacia donde encaminar mis pasos y como dicen estos versos: solo con nuestras manos dimos libertad y nos dejaron con la jaula vacía..., ¿acaso podemos validar nuestra opinión?, al menos me hace sentir vivo, dispuesto al compromiso, ya no es hora de templar gaitas acaso es momento de exigir al poder la honestidad e ilusión que los ciudadanos ofrecimos llevados de nuestra sed de libertad..., nos quedamos con la jaula vacía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca cambiaras, lo tuyo es pelearte con el mundo, amar, ya no sé si admirarte o compadecerte desde mi sincero cariño por ti.