lunes, 14 de octubre de 2013

Siempre hay una jota...

Todos queremos volver a ser el pequeño niño acurrucado al lado de su madre, sentimos la calidez de su proximidad, sentimos su aroma, sentimos la seguridad de sus caricias y solo son recuerdos de la plácida infancia... la vida nos empujo lentamente hacia el lado lejano, la vida simplemente nos llevó en nuestra ignorancia y nos llevó no siempre por plácidas y suaves praderas, la vida nos dio y también nos arrebato los antiguos y queridos eslabones que nos unían a nuestra casi olvidada infancia... siento tus dedos entre mi pelo, siento tu eterna ausencia, siento las ganas de huir no más allá de tu mirada, quiero huir y siempre vuelvo al mismo lugar... no es cobardía, no, solo que tengo a quién acariciar y espera que este en el mismo lugar, quizás su sonrisa plena de cariño me hace volver de mi pequeña huida, quizás el sueño de una manita a la que acompañar me hace volver a girar sobre mis pasos, quizás nunca me he ido, solo espero, recuerdo, recuerdos festivos del Pilar. No sé el motivo pero sé que la jota me ha hecho abrir la espita de mis recuerdos, de mis deseos... 

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