viernes, 27 de enero de 2012

Amigos.

Nuestra amistad viene de hace años, cuando nuestros niños coincidían en el colegio, los años pasaron rápidos e imperceptibles sin apenas pensar en esta vida que al llegar al ahora nos hace sentir lo imprevisible de una vida, querías hablar y decirme tantas cosas que te dolían... decías olvidando nuestro entorno, necesitabas comprensión, necesitabas saber que alguien sentía tu pesar, necesitabas saber si podía escuchar, necesitabas sentirte querida, necesitabas sentirte viva, necesitabas... y yo necesitaba saber que alguien me necesitaba, que aún podía enjugar una lágrima ajena como fruto de mi amistad, cuanto nos cuesta sentir la calidez de una mano en nuestra mejilla, cuantas palabras poseemos y que no decimos a tantas personas que quizás las apreciasen como un bálsamo bienhechor... y cuesta tan poco como estrechar una mano, un beso en la ajada mejilla surcada por lágrimas de viejos pesares... la infantil llamada te hizo sonreír al abrirle tus brazos y al marcharte solo me dijiste: ¡Gracias!.
Tu amplia y sincera sonrisa fue mi mejor recompensa y sé que nuestra vieja amistad es un poco más " nuestra amistad".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Nuestra amistad!, hay pocas personas con las que poder hablar sin esperar un rechazo, eres un bálsamo.