viernes, 30 de diciembre de 2011

Gritos al silencio.

Silencios, acaba el año y crecen los silencios como heraldos del miedo que cabalgan a lomos del viento en busca del desconocido encuentro..., silencios tras las huidizas sonrisas que semejan alegres máscaras en una obligada fiesta colectiva, silencios de caminos sin rumbos trazados con la nitidez que proporcionan la despreocupada alegría del que recorre el camino de la masa en un ejercicio de ausencia del razonamiento..., silencios..., y en esos silencios cabe el escuchar a la vida misma en una simple sonrisa, en la risa de un niño, en el sentido abrazo, en el cariño de una mirada cómplice..., solo cabe el cerrar nuestros oídos al nefasto silencio del rebaño, ¡gritemos!, sí, gritemos al miedo, gritemos nuestra verdad al viento en la seguridad de poder anular los negros nubarrones, gritemos nuestras exigencias en defensa de nuestras verdades, de nuestra dignidad tan pisoteada por quienes medran a cuenta de nosotros, gritemos al miedo a ¿perder?, acaso tenemos algo que perder con los silencios...
Levantemos nuestras rodillas del polvo del camino, levantemos nuestras miradas al sol hasta que la luz de la verdad nos haga daño, tomemos esa mano que busca la nuestra, tomemos esa mirada que nos ofrece una digna verdad y gritemos al cobarde silencio.

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