domingo, 5 de diciembre de 2010

Será el frío...

Llegó diciembre, cae una ligera lluvia y hace frío... tras la ventana y encerrado en mis brazos cruzados sobre el pecho miro sin ver, ni siento lo que miro, acaso solo escucho el latir de mi vida en un simple ritmo de estar sin saber con certeza para qué y ello me produce una ligera sensación de ausente espera donde el paso del tiempo no importa, los pasos no cuentan ni el destino se plantea..., futuro, antesala del nunca o de la nada, simplemente soy feliz ante la ausencia del dolor, creo en muy pocas cosas tangibles y menos en las espirituales, pero preciso creer en tantas cosas que den sentido a una vida y que justifiquen tanto estúpido compromiso, todo para no sentirme profundamente engañado en un vivir correcto.
Hace frío y el rápido anochecer me sorprende en la cálida estancia frente al cristal, ya no miro el horizonte, solo veo el reflejo de un hombre frente al oscuro cristal, en sus mejillas brillan unas pequeñas lágrimas ... extiendo mi mano, solo el frío de la noche tras la ventana... quizás el tiempo transcurre en medidas extrañas y tras la ventana recibo el tibio amanecer que ilumina el nuevo día, luz que me enseña el joven latido de la vida, el recio cierzo que barre las oscuras nubes, los árboles que desnudan sus ramas en una hermosa y suave lluvia de hojas... un nuevo y frío día, como una vacía promesa, solo la esperanza de un pequeño abrazo, la cálida mirada de unos grandes ojos..., afuera hace frío.

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