miércoles, 9 de junio de 2010

Seamos felices.

En los últimos tiempos se nos está inundando con tanta información sobre el buen fornicar que siendo su técnica tan vieja como el mundo tengo la sensación de que se está perdiendo el punto central de la cuestión, si partimos de la supuesta realización del coito como culminación de un climax afectivo la mutua satisfacción casi esta asegurada y por el contrario la obsesión del aquí te pillo y tarari que te ví por ambas partes en el mejor de los casos solo es una masturbación en partes pubendas contrarias y eso si eres relativamente joven ya que en caso contrario el intentarlo se convierte en una empresa farmacológica dados los múltiples accesorios que puedes llegar a usar tales como productos para el hombre basados en alcanzar una erección precisa, potente y duradera (casi na), retardadores de eyaculación, pastillas para los temblores posteriores, vitaminas y tratamientos lumbares..., que decir de la pareja, solo decir que no basta con cuatro grititos y suspiros ya que previamente habrá usado varios lubricantes, desinfectantes y euforizantes vaginales, sumemos todo ello a las medidas profilácticas no sea que a la vejez viruelas a pesar de que te pueden decir que son vírgenes ¡será por la cera de los oídos! y ya lanzados quedamos para el próximo finde o acaso quedamos para el próximo equinoccio, quizás para entonces sepamos donde coño está el punto G... mientras podemos estudiar el kamasutra, en alguna posición me sobra una pierna...

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