Adiós...

... ya te acabas y te vas para nunca volver a marcar los días del futuro de nuestras vidas, ya bastante intenso fue tu transcurrir, nos diste intensas alegrías..., una nueva vida, fuimos muy felices y quizás por ello nos cobraste un peaje... muy duro peaje... pero no olvidaré ni un solo día, jamás lo olvidaré y no volveré a mencionarte ya que solo serás un doloroso recuerdo en lo más hondo de mi memoria... queda algo vital, queda la alegría de haber vivido, queda algo que simplemente es el impulso vital de seguir viviendo..., algo que siento como un deseo de quién se fue, tantas cosas se hablan en la dulce intimidad, tanto cariño sincero traducido en planes que nunca esperamos que lleguen... y cuando llegan aspiramos con la boca muy abierta, incrédulos de que haya sido posible, incapaces ante nuestra manifiesta incapacidad.

Adiós, querido y odiado año, no volveré a citarte en estas mis sinceras lineas... y ella está en todos y cada uno de los latidos de mi corazón y eso no podrás quitarmelo, es mi vida...

Amor y paz.

Son días de deseos afectivos, de reflexión y de esperanza sobre el inmediato futuro, todo lo resumimos en una cantinela de felicitaciones..., repaso mis deseos navideños del pasado año, repaso la muestra de ilusiones que estaban previstas en fechas marcadas, repaso una y otra vez, la vida nos tenia una fecha guardada con un maldito destino que nuestras pobres mentes de humanos fueron incapaces de percibir... y duele, duele mucho tanta debilidad frente a nuestros ignotos destinos, duele sin un dolor que tratar, duele la ausencia, duele el eterno vacio... y la vida te pide normalidad aún sabiendo el que ya nada será igual, nada, todo ha cambiado en mi personal orden de prioridades.

Una vez más la navidad llama a nuestras puertas, la de verdad, la que nos pellizca el corazón, y mis deseos de amor y paz para todos aquellos que llevados de su generosidad, son capaces de alargar sus manos y transmitir su cariño sincero y desinteresado hacia aquellos hermanos que solo les queda el esperar...

El otoño se ha despedido dejandonos un blanco manto sobre los ocres otoñales. Hace frío.

Caminando...

... dicen que el tiempo ayuda a diluir los pesares, entiendo que los densos posos permanecen como parte eterna de un recuerdo lleno de alegría y con un adiós lleno de dolor..., mi mente esta atrapada en un torbellino de sentimientos opuestos que solo vacíos me producen, que nadie me indique el camino, quiero volar, quiero bajar al abismo, quiero ser piedra, quiero ser agua..., quiero respuestas... y no oigo, solo el silencio... y mi grito interior...
Me refugio en poemas que me hacen compartir sentimientos, solo en ellos busco la delgada linea de esta vida de espera de no se muy bien el qué...
Unos versos de M.Benedetti que en situación similar expresan tanto...

Ahora que miedo inútil, que vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche.
Saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mi,
tu corazón inevitable y doloroso
en mi que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Ausencia.

... tengo frío, frío de la ausencia, tengo frío de mi propio vacío interior y a pesar de que con el último suspiro mi mundo se paro..., inconscientemente sigo caminando un camino hacia ninguna parte, un camino sin luz ni sombra, solo camino sintiendo el dolor en mis manos, las lágrimas humedecen mis labios resecos de tanto preguntar por tu ausencia..., miro mis manos y veo la forma de tu cara, escucho a mis labios y siento el frío de tus labios, escucho mi voz y suenan tantos te quiero aún por decir..., te fuiste con tanta paz en busca de tu liberación que siento alegría por saber el que allá a donde hayas ido habrá una gran fiesta para recibirte.

Te has ido para no volver, pero ha sido tan intensa tu tarea y nos dejas tanto de ti que será imposible olvidarte... cada voz, cada gesto, cada uno de nosotros es un grito de tu querida y eterna presencia..., te has ido en busca de la cálida luz..., tengo frío, la niebla envuelve mis pasos que sin saber retornan al hogar... y oigo las queridas voces de quienes conocieron la vida entre entre tus maternales brazos, veo la infantil sonrisa de un bebé... hay tanto de ti entre nosotros...