viernes, 13 de noviembre de 2009

Llegó el otoño.

Es otoño, un suave otoño que nos desliza suavemente hacia el próximo invierno, otoño ya avisado por el regreso de las bulliciosas grullas en busca de cálidas tierras, es el otoño que nos avisa del final de la exuberancia del verano, es el sueño reparador para preparar la vida vegetal en la próxima eclosión primaveral donde los almendros volverán a intentar ser los heraldos de la nueva estación, aportándonos las primeras floraciones..., pero es otoño, es un hermoso tiempo de reflexión..., acaso no puedo o no quiero sustraerme al recuerdo de las antiguas familias reunidas en torno a los leños que en su lenta combustión relajaban todas las prisas y proporcionaban la calidez de las tertulias, con sus viejas historias que a los niños nos hacían soñar con desconocidos lugares..., acaso solo sean viejos sentimientos que afloran libremente, sin evitarlos... y rememorarlos me produce un remanso de paz interior, solo son retazos de mi vida, que fueron tan importantes como para formar la base de mi vida y ahora me hacen valorarlos en la desnuda verdad que proporciona el tiempo pasado..., es otoño también en mi vida, una sincera mirada me hace sentirme en paz..., querido otoño, tu suave viento agita mis canas y me hace recordar viejas caricias..., solo es otoño.

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