¡La vida!

¡Que pena!, la vida del ser humano debería estar destinada exclusivamente a la creación del bienestar mundial basado en el respeto y amor hacia el mundo que generamos en nuestro entorno...,, ¡que pena!, al ver la realidad que generamos en nuestra convivencia me paro a pensar en que elemento fallido hemos derivado nuestro futuro y lo que aún es peor: el futuro de nuestros hijos. Grupos de poder actuando como si no hubiese un mañana y como si sus vidas fuesen eternas, sometiendo al ciudadano a sus caprichos personales promulgados desde la manifiesta ineptitud, nos hacen creer y desear una u otra "marca " política, culpan a la opción contraria, la culpa la tiene algo o alguien lejano, nunca asumen su estupidez, su incapacidad  ni su ausencia de gobernar con la coherencia que precisa la sociedad, atesoran prebendas para ellos y sus lameculos los cuales les abandonarán como las garrapatas saciadas de sangre ajena, ¡que pena!, la vida podría ser tan hermosa como un remanso de paz donde no existiese el odio gratuito ni supiéramos de violencia ¡que pena!