A un amor.

Un simple latido ajeno, pequeñito, suficiente para despertar tantas cosas que ya creía dormidas allá atrás donde la memoria recrea sentimientos y sensaciones, allá donde la vida sedimenta lo alegre y lo triste, solo que ahora siento la agradable angustia del lento pasar de los días..., he visto tu borrosa imagen impresa en un papel, he imaginado la dulce curva de tu cara, he imaginado tantas cosas, también he llorado pensando en todo aquello que supones para toda la familia, de felicidad, también he recordado..., pero los días pasan y me saben a lento discurrir, ya no es un día más sino un día menos para oír tu voz, sentir tus pequeñas manos abrazando la vida, refugiarte en el pecho de tu madre y tantas cosas que nos sabrán a nuevas..., acaso la vida solo sea la expresión sublime del amor entre padres e hijos, acaso una caricia y una sonrisa sean la principal causa de intentar seguir en esta vida, sé que soy aún más feliz y ello también asusta a mis muchos años..., recorro el viejo camino en donde asoman las pequeñas flores que nos anuncian la nueva primavera, pronto sonarán pequeños pasos en pos del vuelo errante de una mariposa sorprendida por tres mosqueteros en plena libertad.  Paseo, sonrío.